Con la aparición humanismo renacentista, ser artista dejó de ser considerada una ocupación de carácter mecánico para elevarse a lo más alto de la jerarquía de las artes y ciencias. El ser ahora concebida como una actividad intelectual y liberal dio lugar a un nuevo interés por explorar los aspectos teóricos y conceptuales de su de la producción artística. Pero, el pensador de la época también se vio enfrentado ante la tarea de delimitar las fronteras de esta nueva categoría; ciertamente, el prestigio traía consigo exclusividad. Sin embargo, este proceso se complicó aún más cuando dichos pensadores encararon las formas artísticas –para ellos insólitas- que venían de o encontraron fuera de Europa. La inclusión de estas nuevas formas dentro de los límites de las artes liberales, inevitablemente, condujo a un punto de quiebre: ¿Qué es un arte liberal? y, ¿Existe tal cosa como arte liberal universal?
El humanista portugués Francisco de Holanda fue uno de los que abordaron este disyuntiva. En su texto Da Pintura Antiga (1548), De Holanda reflexiona sobre el proceso de creación artística; para él, es un emprendimiento intelectual porque la “primera entrada” es la “idea … imaginación y fantasía” que es invisible y mental y se tiene que encontrar luego un canal en la naturaleza para crearlo, para inventarlo en el plano físico (60). Él enfatiza la importancia de el momento de plasmar lo intangible –del primer contacto entre la idea y la realidad- pues para él determina su eventual valor y, por ende, su condición de arte liberal. Para De Holanda, el debujo, este primer contacto entre mente y realidad permite al artista dotar a su obra de “proporción y geometría … decoro y decencia”, cualidades que él considera son “la fuerza” sobre la cual se basa el arte. Sin embargo, De Holanda es muy claro en cuanto a la fuente de dicha fuerza; para él, la idea original es finalmente creación de Dios mismo pues el artista debe idealizar e imitar la naturaleza pero, dada nuestra condición como parte de la creación divina, también es este debujo naturaleza en sí mismo. Finalmente, De Holanda es muy tajante en cuanto a qué o quiénes cumplen dicho criterio ya para él, los “antiguos” -los grecorromanos- han sido los únicos que han dominado el proceso de convertir la inspiración divina en idea, para luego a través de la naturaleza, dotarla de proporciones y decoro para finalmente crear arte. Por ende, sólo siguiendo rigurosamente sus parámetros, basados en las formas de la “pintura antiga” y maneras es que uno puede lograr producir arte liberal (51).
Unos años más tarde, el español Felipe de Guevara propuso un modelo diferente en su manuscrito Comentarios sobre la pintura (1560-1563). Para De Guevara, aunque coincide con De Holanda en que arte liberal necesariamente tiene que mantener proporciones y decoro, para el español esto se logra a través de la pura imitación de la naturaleza. Él no considera la imitación como un medio, si no, como un fin en sí. Sin embargo, él se...